El profeta Amos clama: “¡Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo”! (Amos 5: 24) y por eso estamos llamados a unirnos al río de la justicia y la paz, a asumir la justicia climática y ecológica, y a hablar con y por las comunidades más afectadas por la injusticia climática y la pérdida de biodiversidad.
Como pueblo de Dios, debemos trabajar juntos en favor de toda la Creación, como parte de ese caudaloso río de paz y justicia.
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